Fluorosis dentaria: La Pampa es una provincia endémica

Fluorosis Dentaria.

La causa es que el agua para consumo supera los valore  s máximos de fluoruros permitidos por La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Código Alimentario Argentino (CAA).
En este sentido, el Círculo Odontológico de La Pampa, a través de las especialistas Zulma Arrarás y Elena Gil Gatica, ha abordado esta problemática desde 1996, realizando índices epidemiológicos (1) y estudios específicos de fluorosis, en el marco del Programa Nacional de Prevención, implementado por la Confederación Odontológica Argentina.

Esta enfermedad, que afecta tanto a la salud como a la estética bucal, se caracteriza por la aparición de manchas en los dientes –que pueden variar desde un blanco opaco, a diferentes tonalidades de marrón- o pequeñas porosidades. Según una clasificación universal, denominada índice de DEAN, la fluorosis se puede medir en diferentes grados:

Código

Valor

Significado

0

Normal

Esmalte liso, brillante de color blanco cremoso.

1

Cuestionable

Leves cambios de translucidez del esmalte normal, que pueden variar desde especie de flecos hasta manchas ocasionales.

2

Muy leve

Áreas muy leves de color blanco papel, opaco, dispersas en la superficie del esmalte, pero en menos del 25% de la superficie vestibular.

3

Leve

Opacidad del esmalte similar al grado 2, más extensa, pero comprometiendo menos del 50% de la superficie.

4

Moderado

El esmalte presenta marcado desgaste y tinción parda.
5 Severo

El esmalte está muy afectado, el diente puede tener hasta cambio en su forma, con fositas y tinción parda en amplias zonas de la superficie vestibular, con aspecto de diente corroído.

*Fuente: Universidad Mayor (Chile). Facultad de Odontología.

Trabajo de campo en las escuelas

Hasta el año 2006 las odontólogas realizaron las observaciones clínicas en las escuelas N° 92, de Zona Norte, y N° 97, del Barrios Los Hornos. Trabajaron con niños de 6 y 11 años, a cuyos padres se les solicitaba, en la autorización correspondiente, que especificaran qué tipo de agua consumían (de pozo, de red, mineralizada u otra), su dirección y su barrio de procedencia. Estos datos resultaron clave para poder interpretar luego los resultados del estudio.
Allí realizaban el diagnóstico de la fluorisis de acuerdo a los criterios del índice de DEAN. En los estudios detectaron que el 25 % de las niñas y el 18% de los niños de tercer y cuarto año de ambas escuelas tenían fluorosis leve, mientras que en el 11% de las mujeres y el 7% de los varones, los casos eran graves.
Previamente, en el año 2005, los estudios realizados en las colonias de vacaciones municipales, donde concurrían chicos de todos los barrios, los resultados arrojaron que en niños de hasta 6 años, la fluorosis estaba presente en el 31% de ellos.
Las especialistas tomaron como parámetro esas edades porque, además de la edad cronológica, existe una edad dentaria. A los 11 años, de las 32 piezas que tiene el ser humano de la dentición permanente, 28 ya han erupcionado, incluidos los cuatro segundos molares. Y a los 6 años el primer molar ya está presente y está previsto que permanezca toda la vida.
En términos de edad, el período crítico para la fluorosis transcurre desde el embarazo hasta los 8 años, porque el fluoruro se añade en el diente en formación y en pleno proceso de mineralización.
En esta línea, se pueden distinguir tres momentos de incorporación del fluoruro: 1) un período de mineralización, que se produce desde la placenta; 2) un período preeruptivo, antes de erupcionar en la boca; 3) otro poseruptivo, que es da cuando aquéllos ya están en la boca. Allí se añade el fluoruro y pone en marcha sus mecanismos para desencadenar o no la fluorosis dentaria.
Cuando erupcionan los dientes, el esmalte no está maduro y tiene irregularidades, porosidades. Debido a ello, es que se distingue entre fluoruro tópico y fluoruro por ingestión. El primero es necesario en los momentos de erupción de los dientes porque ayudan a mineralizar sus superficies, que originalmente nacen inmaduras y rugosas. En el segundo, según la OMS, el valor permitido es 0.8 parte por millón (ppm).
“Pero en La Pampa estamos sobrepasando ese índice. Pero no tenemos otra agua. La Ley Provincial de Agua 1027/80 acepta como límite máximo tolerable: 1.8 ppm. Está bien para algunas cosas pero está mal para la fluorosis. Porque si hacemos un estudio, de 1.3 a 1.8 ppm, seguro que va a haber lesiones compatibles con las primeras pautas que fija el índice de DEAN”, sostiene Arrarás.

La prevención

“La lesión de fluorosis dentaria compatible con el color y con la estructura es irreversible”, sentencia Arrarás. No hay prevención posible una vez que se adquiere esta enfermedad. Solo queda actuar terapéuticamente con tratamientos de operatoria dental o prótesis (carillas o coronas), aunque constituyen una alternativa de elevado costo. Es por ello que resulta fundamental la prevención. En esta dirección, el primer paso es la instrucción.
Como el primer grupo de riesgo lo constituyen los bebés que se están gestando, la acción preventiva se debe enfocar sobre la mujer embarazada. Específicamente, la tarea concreta es la de monitorear y controlar el agua que ella está consumiendo. “Es el gobierno debe garantizar a la población que los fluoruros que contenga el agua no supere la parte por millón”, advierte Arrarás

Secuelas

Una vez desarrollada esta patología dentaria, las secuelas operan en varios planos. Por un lado, está el de la estética; y por otro, el de la salud. En referencia al primero, Arrarás explica: “hay un grupo de gente que se autodiscrimina porque tiene los dientes manchados, y hay otro grupo que lo da por natural. El color de la naturaleza es para los dientes de leche, un blanco azulado; y para los dientes permanentes, un blanco amarillento. De ninguna manera es un negro o un marrón. Hay una connotación psicológica muy fuerte. Hay chicos que no se quieren reir”.
En el plano de la salud, no se le puede atribuir a la fluorosis la pérdida de una pieza dentaria, pero en las lesiones de estructuras que ésta origina (el diente empieza como a desmoronarse), se deposita la placa bacteriana, la que provoca carie. Y esto sí pone en riesgo la integridad del diente.
La paradoja es que aún con los altos niveles de fluoruros que hay en la provincia, las personas pueden padecer de fluorosis y, a su vez, de caries.
Para Gil Gatica, los dientes son quimógrafos. A través de la observación de una arcada dentaria es posible deducir, inclusive, dónde la gente ha vivido. Según la edad de la persona y qué grupo de dientes tiene manchado, se puede precisar desde cuándo comenzó a consumir agua con excesivos valores de fluor. “La boca es un mapa para la gente que reside o ha residido en La Pampa”, concluye Gil Gatica.

Por todo ello, es que tenemos la obligación de reclamar en forma urgente una nueva Ley de Agua Potable para La Pampa que adhiera al Código Alimentario Argentino y que garantice el acceso a agua de calidad para consumo humano al conjunto de la población.

Notas
1) Los estudios epidemiológicos consistían en la detección de caries en los dientes temporarios (COD) y en permanentes (CPO); el índice de hemorragia gingival, que mide la cantidad de placa; y el índice de necesidad de tratamiento comunitario.

Bibliografía
Arrarás, Zulma (1997). Aplicación y resultados de índices de monitoreo biológico de fluorosis en la población de La Pampa. Círculo Odontológico de La Pampa

Vista en espejo Fluorosis dentaria
Foto de dientes con fluorosis (caso imágenes en espejo)

 

Mapa de ion Flúor 
Mapa de ion Flúor

 

 

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